lunes, 14 de abril de 2014

Algunos lunes me levanto pero sigo tumbado por dentro. O admito que me conozco demasiado y no me quiero ver despierto.




    Esos días con redacción de nadie,ultimátum para  que nacen atardeciendo,       y sin tenerte a mano de  mis manos                                 


Jornadas en las procuro olvidar quien fui o como me llamo,
enemigo a muerte de mi mismo por sólidos motivos,
emboscadas en las que no te escribo ni te busco temprano.

Esos días, que saben a sopa de ceniza y tienen el color de mi colada,
salta la alarma en tu instinto de gacela con garras de pantera y llamas,
con esa voz que me lame las angustias, y  me cambia las mañanas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario