Que alguien no quiera comprometerse por temor a sufrir algo de lo que algún día fue la principal víctima es una situación totalmente entendible, pero es muy poco probable que la mala suerte golpee dos veces seguidas a la puerta de alguien. Para desgracia de muchos ésto puede pasar, pero como dicen por ahi; el que no se arriesga no cruza el río.
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